45 la administración electrónica. Estamos de acuerdo en que los séniors son partidarios de incluir las nuevas tecnologías en su vida diaria, pero ¿de qué forma se relacionan con ellas? La investigación ‘Set in Stone? Mobile Practices Evolution in Later Life’ (¿Fijado en piedra? Evolución de las prácticas móviles en la tercera edad’, de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), ha encuestado a más de 3.000 personas mayores de 60 años y pertenecientes a seis países diferentes: Austria, Canadá, Israel, Países Bajos, España y Rumanía, para conocer cómo se desenvolvían con la comunicación móvil en 2016, 2018 y 2020. De este modo, se observó que había tres tipos de usuarios en función de la utilidad que le daban a sus terminales: los que lo empleaban para llamar, mandar mensajes de texto o fotografiar; los que hacían un uso más avanzado, en el que entran en juego otro tipo de aplicaciones propias de un smartphone y, por último un tercer perfil más avanzado, de asimilación total, similar al uso que hacen los más jóvenes. En cuanto a Canadá, las tarifas de voz y de datos son más elevadas, en detrimento de las de línea fija, que son más económicas. Es por eso que no es tan frecuente ver cómo estas personas manejan este aparato. Por su parte, en Rumanía esta práctica tampoco está tan extendida, aunque cabe señalar que durante la pandemia se produjo un repunte, que pudo estar relacionado PENETRACIÓN DE INTERNET: PORCENTAJE DE USUARIOS POR EDAD EN ESPAÑA 2023 Fuente: Statista. Elaboración: Electromarket. Si tenemos en cuenta que el móvil ha desbancado al fijo de toda la vida, que cada vez más hogares se conectan a la red, que muchos no solo tienen este dispositivo, sino que cada vez es más común contar con un portátil, una tablet u otro equipo, y que hay más consumidores que están predispuestos a realizar sus compras a través de la web, no es de extrañar que las personas mayores quieran también estar integradas y formar parte de esta revolución tecnológica. Quizás la pandemia marcó un punto de inflexión para que esto se produjera porque muchos de ellos viven solos y encuentran en la tecnología una vía de escape para distraerse y estar conectados con los suyos. Según un estudio realizado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2023, la gran mayoría de las viviendas (99,5%) en las que reside un conviviente de entre 16 y 74 años cuenta con un teléfono de este tipo y prácticamente casi toda la población ha hecho uso de internet en los últimos tres meses, ya sea para comunicarse, consultar información (para acceder a la banca online o la búsqueda de empleo, por ejemplo) o adquirir un producto de forma electrónica. Continuando con la franja de edad antes expuesta, más de la mitad de los consumidores (66,2%) está familiarizado de manera básica o avanzada con lo digital, y casi un 80% ha realizado alguna gestión con >74 65-74 55-64 45-54 35-44 25-34 20-24 14-19 96,6 97,8 97,6 97,6 95,4 98,9 76,7 46,2 con la idea de combatir la soledad, expone el estudio. En cambio, en Israel y España ocurre totalmente lo contrario debido a los precios competitivos de los datos móviles. Mireia Fernández-Ardèvol, investigadora del grupo CNSC del Internet Interdisciplinary Institute (IN3) y autora principal del estudio, manifiesta que, en nuestro país, “la tarifa de datos más popular es una tarifa plana y relativamente económica en términos del poder adquisitivo medio. Por este motivo, los móviles inteligentes se han convertido en la principal forma de acceder a internet. Son mucho más populares que el ordenador, en particular entre las personas mayores”. Otro dato de relevancia es la diferencia existente entre hombres y mujeres a la hora de manejarse con esta tecnología. En este sentido, la experta señala que la razón de este desajuste podría estar relacionada con que “las mujeres mayores han tenido menor exposición a internet a lo largo de su trayectoria vital, puesto que, o bien han trabajado en casa, cuidando a la familia, o bien han accedido a trabajos que, en general, son menos cualificados. Además, el nivel educativo de las mujeres mayores es más bajo que el de los hombres mayores, dado que sufrieron una marcada discriminación de género en el acceso a la educación. Todo ello, menor exposición y menor cualificación, comporta que las mujeres mayores también estén en una situación menos ventajosa en el mundo digital”. La gran mayoría de las viviendas (99,5%) en las que reside un conviviente de entre 16 y 74 años cuenta con teléfono móvil, según el INE
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